miércoles, febrero 20, 2008

EL ESCUDO REDONDO 4: ODISEA DE UN REMACHADO

Y ahí estaba yo, con mi flamante escudo tomando cada vez más forma, cuando me dispuse a REMACHARLO!!!

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RETO 3.3

Remachar el umbo al escudo para que no se mueva ni un milímetro cuando golpee a mis enemigos con el, y mis enemigos me golpeen a mi.

Materiales a conseguir:

1- Escudo pintado
2- Remaches de martillear
3- Arandelas
4- Martillo de 1/2 Kg
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La cosa parecía sencilla tan solo tenía que coger los tocho remaches que había comprado meterlos a través del umbo y de los agujeros del escudo y darles de martillazos hasta que se quedaran aplastados. ¡JA!

Coloqué el primer remache junto con su arandela, le empecé a dar con el martillo (dios como cansaba), se iba aplastando por un lado, luego le daba por el otro lado para que se igualase, parecía que todo iba bien, así que pasé al siguiente remache sin terminar de remachar el primero, para así ajustarlos todos al final.

Puse el segundo remache y lo golpeé cuando de repente...

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ODISEA NÚMERO 5

En la lucha entre la madera y el frío hierro, el hierro normalmente tiene las de ganar, y esta vez no iba a ser una excepción como parecía.

El martillo golpeó con fuerza al duro remache, y este, desobediente a las ordenes del martillo de aplastarse, decidió hacerse hueco, ensancharse, pero tan solo había una cosa que se interponía entre el, y su victoria, LA MADERA.

No se lo pensó dos veces, golpeó la madera con una fuerte patada cual Leónidas en la mismísima Esparta, destrozándola, partiéndola, y cargándose así, el centro del escudo...

LECCIÓN NÚMERO 5

Cuando hagáis los agujeros en el escudo para los remaches del umbo, aseguraros de dejar un trozo de madera considerable para que no ceda al golpear el martillo, es decir que no queden los agujeros como los del dibujo.

Si lo decidís hacer así os quedaréis con una cara de tonto como la mía, y sentiréis el peso del martillo en vuestra mismísima nuca, ya que lo primero que pensaréis será que el escudo a la basura...

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Tras esta gran odisea, no tenía ni idea de que hacer con el escudo, finalmente, decidí hacer "trampas" muy a pesar mío.

Lo primero que hice fue cortar el asa del umbo, y cortar un círculo de madera para rellenar el centro del escudo, para que este no sufriera al ser golpeado. Tras esto estaba claro que el escudo ya no iba a ser con agarre de asa, así que habría que hacerlo embrazado.

Para sujetar el umbo, le puse unos tornillos de silla con cabeza ancha, que dan bastante bien el pego. Los fijé con las "trampas" (tuercas) y los corté casi a ras, y para terminar de darle una buena sujeción le remaché.

Y tachan ya tenía el escudo perfectamente remachado? o entuercado? da igual, lo importante es que el umbo ya estaba fijado y de ahí no se iba a mover.

Por desgracia no tengo fotos de esta parte del proceso, así que dejo que os lo imaginéis jeje.

Siguiente paso, a hacer la guarnicionería y canteado del escudo.

1 comentario:

Axil dijo...

¡Has vuelto! ¡Y con auténtico estilo: echando a perder una pieza, y reconstruyendo lo aprovechable de las cenizas! ¡Igualico, igualico que yo!

Espero que nos sigas informando puntualmente, y lo dicho: una auténtica lástima no haber podido hablar en Teruel